Gisela Zaremberg
Declaración
Al comité de nominaciones
Latin American Studies Association (LASA)
Por este medio expreso mi intención y compromiso para postularme como candidata al cargo de Vice-presidenta de LASA.
Esta intención y compromiso nace del conocimiento que tengo de la asociación, a partir de mi experiencia como: a) miembro activo desde el año 2005, b) mi participación y registro en diversas secciones, c) en los sucesivos Congresos, d) del servicio como persona miembro electa del Comité Ejecutivo (2021-2023), y actualmente de mi participación en: e) el Comité editorial de LASA PRESS, f) de mi segundo período integrando el Comité de Libertad Académica y Derechos Humanos y g) mi participación en el Comité Anti-acoso Sexual.
En todos estos espacios he podido confirmar la importancia de esta asociación para la vida académica, el desarrollo y el aporte al conocimiento y el impulso a las diferentes expresiones intelectuales, artísticas y sociales en América Latina.
Con este conocimiento como base, mi visión para continuar aportando al fortalecimiento de esta asociación se centra en tres elementos programáticos principales:
Pluralismo y diversidad.
En primer lugar, LASA constituye una asociación sumamente plural tanto en términos disciplinarios, temáticos, metodológicos, como en referencia a la constitución de su membresía a partir de diferentes dimensiones como: nacionalidad, género, raza, etnia, etc. En este sentido, considero que es imprescindible reconocer esta pluralidad como una fortaleza y no como una característica a erradicar o contener, con intenciones de inclinar la balanza hacia una u otra visión supuestamente superior que hegemonice a otras. He comprobado que diferentes intentos de condensar la riqueza de LASA en una perspectiva fija o única, debilita fuertemente a la asociación. Ello no implica caer en un relativismo absoluto. Un marco de derechos humanos que garantice la libertad académica, en el que hemos trabajado en los diferentes espacios en lo que he servido, implica un fundamento sólido para el accionar que preveo seguir impulsando.
Sin embargo, más allá de ello, suponer que es deseable imponer alguna perspectiva sobre otra, es justamente ser incongruente con este mismo marco de derechos humanos.
Adicionalmente, en un contexto de crecientes polarizaciones políticas y sociales, el desconocimiento de la pluralidad implica poner el prestigio de LASA al servicio instrumental de ciertas conflictividades que la desgastan innecesariamente. Ello abre la puerta a desvalorizar y descuidar lo que debiera ser la razón principal de la asociación, centrada en su misión de promover y fortalecer la discusión, investigación y docencia estimulando un debate intelectual de calidad sobre y en América Latina y el Caribe, así como promoviendo incidencia social y cívica. Ello con base en discusiones de excelencia que no por ello impliquen la desvalorización de la diversidad de saberes y perspectivas.
En este contexto, el primer pilar de mi visión para una posible gestión como vicepresidenta será el de respetar y enriquecer el principio de pluralidad inherente a la conformación empírica e histórica de la membresía de esta asociación.
Innovación (recursos, integración inter-generacional e interseccional y pertenencia)
La región se enfrenta tanto a problemas persistentes como novedosos, tanto a nivel macro, meso como micro. Entre ellos, en primer lugar, y en un nivel macro, observamos la consolidación de proyectos políticos en torno a elites dirigentes sociales y económicas que se des-responsabilizan crecientemente de pactos fiscales que sostengan esquemas mínimos de estado de derecho. Ello se ve acompañado por un concomitante aumento de apuestas gubernamentales que, en respuesta a lo anterior, se orientan hacia modelos económicos centrados en la neo-extracción de bienes primarios. Por otro lado, presenciamos el desarrollo de economías para-estatales criminales. Los diversos procesos asociados a estas dimensiones estructurales han generado, a su vez, otros fenómenos, entre ellos: masivos procesos de migración, violencias múltiples y crisis climáticas crecientes. En un nivel meso, las intermediaciones políticas tradicionales, particularmente centradas en partidos políticos, sindicatos y corporaciones, referentes políticos en pasados modelos de estados de bienestar (o cuasi-estados de bienestar asentados sobre heterogeneidades estructurales) muestran su agotamiento. Los valiosos y esperanzados procesos de democratización de finales del siglo XX, enfrentan hoy en día desafíos severos. El fortalecimiento inaudito de expresiones políticas conservadoras anti-derechos y autocráticas a derecha y a izquierda del espectro político ideológico, son una muestra contundente de esta situación. Al mismo tiempo, y como contraparte, varios movimientos sociales buscan dar cauce a la lucha por derechos diversos en las calles, constituyendo expresiones que desbordan los espacios institucionales debilitados. Finalmente, en un nivel micro, lo anterior afecta la vida cotidiana de millones de personas latinoamericanas cruzadas por las interseccionalidades de etnia, género, clase, raza, etc. En este marco, se presentan inversiones de las pirámides demográficas con una creciente presión de los cuidados destinados a poblaciones envejecidas. Estos cuidados recaen mayoritariamente en familias heteronormadas que normativa y simbólicamente siguen siendo consideradas por diversas políticas públicas, como pilares de la atención a las niñeces, las personas enfermas y las discapacidades. Esta presión sobre la organización social de los cuidados centrados en una supuesta familia heteronormada, no se condice con las diferentes y profundas transformaciones lideradas por las agendas feministas para el desarrollo de las autonomías económicas, sociales y políticas de las mujeres. Tampoco se condice con las trasformaciones fenomenológicas, normativas y culturales impulsadas por las sexualidades disidentes. Finalmente, las comunidades en los márgenes (particularmente, indígenas y afro-latinoamericanas) enfrentan riesgos de violencia creciente que afectan reiteradamente el derecho a cosmovisiones y normatividades propias junto con el derecho a la tierra y a la vida.
Este contexto (con diferencias no menores entre países) ha representado desafíos peculiares para la academia estudiosa de Latinoamérica. Un primer desafío se refiere a la propia esfera educativa y al déficit de recursos, derechos, libertad académica y condiciones dignas de trabajo, que enfrentan hoy en día las propias personas docentes e investigadoras tanto en las universidades de EEUU como en diversos países de América Latina. Ello impacta comprensiblemente, a su vez, a la propia LASA. Los continuos reclamos sobre el costo de inscripción a la membresía y al Congreso, son la punta del iceberg de esta situación. Desde mi perspectiva, esta situación desafiante implica que deben discutirse y explorarse fuentes alternativas de financiamiento que no hagan recaer la mayor parte de la recaudación de la asociación en el registro a los Congresos anuales. Ante esta situación, propongo explorar dos fuentes alternativas: a) la primera, más conocida, se refiere a gestionar con la mayor profundidad posible donaciones de cooperación internacional y alianzas con otras organizaciones que apoyan el fortalecimiento del conocimiento científico e intelectual, y la incidencia que el mismo puede aportar. Para ello, mi experiencia y articulación con organismos latinoamericanos de cooperación internacional pueden servir de insumo productivo; b) la segunda alternativa, se refiere a explorar servicios de capacitación y docencia. Otras asociaciones han logrado extender su captación de recursos a través de Escuelas de Verano u otras modalidades de docencia on-line. Mi impresión es que hay que estudiar el nicho específico de aporte que la pluralidad de disciplinas y enfoques existente en LASA podría requerir y demandar, a la vez que ofrecer. Todo ello, sin generar competencia desleal con las instituciones universitarias de base de adscripción de la membresía.
Considero que podrían promoverse opciones de servicio de capacitación con costos razonables y atractivos que fortalecieran no sólo metodologías (nicho ya bastante cubierto por asociaciones como IPSA) sino más bien habilidades necesarias para el trabajo académico, intelectual y artístico sobre América Latina en formato on-line y/o presencial (i.e. uso de IAs en la investigación, habilidades de comunicación académica estratégica, de incidencia, de participación-acción, de curaduría, etc.). Pienso en impulsar esta visión, en un esquema piloto para ser experimentado como modelo inicial que acompañe previamente a los Congresos, o que pudiera brindarse entre Congresos. De esta manera, mi visión va encaminada a explorar opciones posibles en torno a estas alternativas. Estas opciones podrían incluir talleres cortos o más largos, e incluso formatos de master clases incluidos en repositorios digitales de la asociación. Esta cuestión requeriría algún tipo de inversión fija que debiera ser sustentada especialmente por la opción a) relativa a financiamiento de donaciones, de manera de dejar instalado un posible modelo, acompañado de un respectivo análisis de riesgos, ventajas y desventajas mensurados para evaluar su continuidad a futuro.
En segundo lugar, considero que el contexto de transformaciones brevemente descripto implica desafíos particulares con respecto a las nuevas generaciones y las relaciones intergeneracionales en la academia. Los cambios mencionados están cobrando un ritmo sumamente acelerado. El propio significado de las acciones y roles asociados a investigar, ser docente y realizar trabajo intelectual ha cambiado profundamente en los últimos años, con especial quiebre en el contexto de la pandemia COVID 19. Ello también se refiere a transformaciones en el valor (y desvalor) asociado a las titulaciones y grados académicos, su relación con el mercado de trabajo deslocalizado y el home-office, el pasaje de estructuras educativas desde la presencialidad hacia la virtualidad y la instalación de verdaderas revoluciones tecnológicas, especialmente la irrupción de las inteligencias artificiales en el mundo educativo. Ello a su vez, implica adicionalmente transformaciones, inclusiones y exclusiones diferentes cruzadas por interseccionalidades varias. En este contexto, considero que vale la pena invertir en las nuevas generaciones en toda su diversidad.
En mi pasaje por el Comité Ejecutivo, con esta visión propuse, en articulación con la representación estudiantil, que se instalara un programa de mentorías. Propondría evaluar esta experiencia, para fortalecer intercambios inter-generacionales entre la membresía en forma más sólida. Una posibilidad es pensar no sólo en términos de mentoría sino ir más allá, hacia esquemas de patrocinio (sponsorship)[1]. Un programa de este tipo debería incluir particularmente acciones que contemplaran seriamente la interseccionalidad y la misión de alcanzar grupos académicos jóvenes en desventaja en términos de etnia, género, raza, clase, etc. Por otra parte, un tipo de articulación de este tipo, podría favorecer la generación de redes para el intercambio internacional y el fortalecimiento de redes al interior y entre Secciones de LASA. En este sentido sería importante, apuntar a una mayor integración Norte-Sur y Sur-Sur, así como entre los espacios académicos inter-continentales (América Latina vis a vis LASA África, Asia, Europa, etc.).
En conclusión, con estas acciones, se estaría invirtiendo en fortalecer un sentido aún mayor de pertenencia presente y futura entre la membresía de LASA y de reconocimiento al valor agregado que puede brindar esta pertenencia, adicionando inclusión a esta cadena de valor intergeneracional al tiempo que se exploran nuevas fuentes de fortalecimiento presupuestal.
Este apartado apunta, por tanto, a una visión que pretende abordar algunos problemas de forma creativa, saliendo -relativamente- “fuera de la caja”, aunque de manera cuidadosa e incremental. En definitiva, dado el cúmulo de las transformaciones mencionadas, no podemos responder a nuevos problemas con viejas estrategias y herramientas que reproduzcan caminos inerciales. Cierto grado de innovación cuidadosa, que permita explorar alternativas y nuevas modalidades de financiamiento, integración y diálogo, resulta necesario para adaptarnos y enfrentarnos a las transformaciones actuales.
Comunicación: construyendo narrativas de lo común en la diversidad.
Como derivado del punto anterior, quiero profundizar en un elemento que he observado como absolutamente crucial en mi pasaje por todos los espacios de la asociación.
Este aprendizaje implica reconocer que se pueden planificar excelentes y sofisticados diseños, sin embargo, si estos No son comunicados adecuadamente, resultan inefectivos (e incluso perjudiciales). Si a ello sumamos, la existencia de una membresía altamente plural y diversa, como he enfatizado hasta aquí, lo anterior implica que cualquier visión que quiera llevarse a la práctica requiere un esfuerzo especial dedicado a un tipo de comunicación que provea el sentido de “traducir” visiones y lenguajes diferentes de manera que puedan articularse en un lenguaje mínimamente común y accesible. Ello tendría que propiciar que la diferencia no se convierta en divorcio absoluto y que esta diversidad sea vista como una riqueza que aporte a un sentido de pertenencia.
Lo anterior no es en absoluto una tarea simple ni trivial. En este sentido la comunicación es mucho más que publicidad. No es tampoco un único proceso de “arriba hacia abajo”, sino también de “abajo hacia arriba”. No se trata (sólo) de incrementar “likes” o “registros” en redes sociales, se trata de abrir las perspectivas de manera de fomentar la cooperación. Se trata de construir narrativas e historias que valoren lo particular al tiempo que permitan tejer lo que nos atraviesa en común. Se trata de encontrar lenguajes que aporten claridad. Se trata también de evitar callejones sin salida en torno a comunicaciones polarizadas y conflictos estériles. Se trata de reconocer que siempre hay espacio cuando se parte de la premisa y el interés/necesidad común de debatir intelectualmente, construir redes y aprender de la multiplicidad de saberes heterodoxos que nos caracterizan.
En definitiva, la misión de LASA implica fortalecer la discusión y el trabajo intelectual, docente e investigativo de manera de promover la incidencia social y el debate público. En semejante misión, un plan consistente y sólido de comunicación, dialogante, incluyente y valorativo de la heterogeneidad de la asociación, resulta imprescindible.
To the nominating committee
Latin American Studies Association (LASA)
I hereby express my intention and commitment to run for the position of Vice President of LASA.
This intention and commitment stems from my knowledge of the association as following: a) from my participation as an active member since 2005, b) my participation and registration in various sections, c) in successive Congresses, d) from my service as an elected member of the Executive Committee (2021-2023), and currently from my participation in: e) the Editorial Committee of LASA PRESS, f) my second term as a member of the Academic Freedom and Human Rights Committee and g) my participation in the Anti-Sexual Harassment Committee.
In all these spaces I have been able to confirm the importance of this association for academic life, development and contribution to knowledge and the promotion of different intellectual, artistic and social expressions in Latin America.
With this knowledge as a foundation, my vision for continuing to contribute to the strengthening of this partnership focuses on three main programmatic elements:
Pluralism and diversity.
In the first place, LASA constitutes a highly plural association in terms of disciplinary, thematic and methodological aspects, as well as in reference to the constitution of its membership based on different dimensions such as: nationality, gender, race, ethnicity, etc. In this sense, I believe that it is essential to recognize this plurality as a strength and not as a characteristic to be eradicated or contained, with the intention of tipping the balance towards one or another supposedly superior vision that hegemonizes others. I have found that different attempts to condense the richness of LASA into a fixed or single perspective strongly weakens the association. This does not imply absolute relativism. A human rights framework that guarantees academic freedom, in which we have worked in the different spaces in which I have served, implies a solid foundation for the actions that I foresee to continue promoting.
However, beyond that, to assume that it is desirable to impose one perspective over another is to be inconsistent with this very human rights framework.
Additionally, in a context of growing political and social polarization, ignoring plurality implies placing LASA's prestige at the instrumental service of certain conflicts that unnecessarily wear it down. This opens the door to devalue and neglect what should be the main reason for the association, centered on its mission to promote and strengthen discussion, research and teaching, stimulating a quality intellectual debate on and in Latin America and the Caribbean, as well as promoting social and civic advocacy. This based on discussions of excellence that do not imply the devaluation of the diversity of knowledge and perspectives.
In this context, the first pillar of my vision for a possible management as vice-president will be to respect and enrich the principle of plurality inherent to the empirical and historical conformation of the membership of this association.
Innovation (resources, intergenerational and intersectional integration and ownership)
The region faces both persistent and new problems at macro, meso y micro level. Among them, in the first place, and at a macro level, we observe the consolidation of political projects around social and economic ruling elites that increasingly dis-responsibilize themselves from fiscal pacts that sustain minimum rule of law schemes. This is accompanied by a concomitant increase in governmental bets that, in response to the above, are oriented towards economic models centered on the neo-extraction of primary goods. On the other hand, we are witnessing the development of criminal para-state economies. The various processes associated with these structural dimensions have, in turn, generated other phenomena, including massive migration processes, multiple forms of violence and growing climate crises. At a meso level, traditional political intermediations, particularly centered on political parties, unions and corporations, political referents in past welfare state models (or quasi-welfare states based on structural heterogeneities) are showing their exhaustion. The valuable and hopeful democratization processes of the late 20th century are today facing severe challenges. The unprecedented strengthening of conservative anti-rights and autocratic political expressions on the right and left of the ideological political spectrum is a striking illustration of this situation. At the same time, and as a counterpart, several social movements seek to channel the struggle for diverse rights in the streets, constituting expressions that overflow the weakened institutional spaces. Finally, at a micro level, the above affects the daily lives of millions of Latin American people crossed by the intersectionalities of ethnicity, gender, class, race, etc. In this context, demographic pyramids are inverting, with increasing pressure on care for aging populations. This care falls mainly on families who, normatively and symbolically, continue to be considered by various public policies as pillars of care for children, the sick and the disabled. This pressure on the social organization of care centered on a supposedly heteronormative family is not in line with the different and profound transformations led by feminist agendas for the development of women's economic, social and political autonomy. Nor is it consistent with the phenomenological, normative and cultural transformations driven by dissident sexualities. Finally, communities on the margins (particularly indigenous and Afro-Latin American communities) face growing risks of violence that repeatedly affect the right to their own cosmovisions and normativities along with the right to land and life.
This context (with no minor differences between countries) has posed peculiar challenges for the Latin American academy. A first challenge refers to the educational sphere itself and the deficit of resources, rights, academic freedom and decent working conditions faced today by professors and researchers in US universities as well as in various Latin American countries. This, in turn, understandably impacts LASA itself. The continuous complaints about the cost of membership and congressional registration fees are the tip of the iceberg of this situation. From my perspective, this challenging situation implies that alternative sources of funding should be discussed and explored so that the bulk of the association's revenue does not fall on the annual Congress registration fee. In view of this situation, I propose to explore two alternative sources: a) the first, more known, refers to manage as deeply as possible donations of international cooperation and alliances with other organizations that support the strengthening of scientific and intellectual knowledge, and the impact that it can bring. To this end, my experience and articulation with Latin American international cooperation organizations can serve as a productive input; b) the second alternative refers to exploring training and teaching services. Other associations have been able to extend their fundraising through Summer Schools or other on-line teaching modalities. My impression is that it is necessary to study the specific niche of contribution that the plurality of disciplines and approaches existing in LASA could require and demand, as well as offer. All this, without generating unfair competition with the basic university institutions of ascription of the membership.
I believe that training service options could be promoted with reasonable and attractive costs to strengthen not only methodologies (a niche already well covered by associations such as IPSA) but also the necessary skills for academic, intellectual and artistic work on Latin America in on-line and/or face-to-face format (i.e. use of AIs in research, strategic academic communication skills, advocacy, participation-action, curatorial skills, etc.). I am thinking of promoting this vision, in a pilot scheme to be experimented as an initial model to accompany the Congresses, or that could be offered between Congresses. Thus, my vision is to explore possible options around these alternatives. These options could include short or longer workshops, and even master class formats included in the association's digital repositories. This issue would require some kind of fixed investment that should be supported especially by option a) related to grant funding, in order to install a possible model, accompanied by a respective analysis of risks, advantages and disadvantages measured to evaluate its continuity in the future.
Secondly, I consider that the context of transformations briefly described above implies particular challenges with respect to the new generations and intergenerational relationships among academics. The aforementioned changes are taking place at an extremely accelerated pace. The very meaning of the actions and roles associated with research, teaching and intellectual work has changed profoundly in recent years, especially in the context of the COVID 19 pandemic. This also refers to transformations in the value (and disvalue) associated with academic degrees and qualifications, their relationship with the delocalized labor market and the home-office, the passage of educational structures from face-to-face to virtuality and the installation of true technological revolutions, especially the irruption of artificial intelligences in the educational world. This, in turn, also implies different transformations, inclusions and exclusions crossed by various intersectionalities. In this context, I believe that it is worth investing in the new generations in all their diversity.
During my time on the Executive Committee, with this vision, I proposed, in coordination with the student representation, that a mentoring program be set up. I would propose to evaluate this experience, in order to strengthen inter-generational exchanges among the membership in a more solid way. One possibility is to think not only in terms of mentoring but to go beyond that, towards sponsorship schemes[2] . Such a program should particularly include actions that seriously contemplate intersectionality and the mission to reach out to young academic groups that are disadvantaged in terms of ethnicity, gender, race, class, etc. On the other hand, this type of articulation could favor the generation of networks for international exchange and the strengthening of networks within and between LASA Sections. In this sense, it would be important to aim for greater North-South and South-South integration, as well as between inter-continental academic spaces (Latin America vis a vis LASA Africa, Asia, Europe, etc.).
In conclusion, with these actions, we would be investing in strengthening an even greater sense of present and future belonging among LASA's membership and recognition of the added value that this belonging can provide, adding inclusion to this intergenerational value chain while exploring new sources of budgetary strengthening.
This section therefore points to a vision that seeks to address some problems in a creative way, going - relatively speaking - "out of the box", albeit in a careful and incremental manner. In short, given the accumulation of the above-mentioned transformations, we cannot respond to new problems with old strategies and tools that reproduce inertial paths. A certain degree of careful innovation, which allows us to explore alternatives and new modalities of financing, integration and dialogue, is necessary to adapt to and face the current transformations.
Communication: building narratives of commonality in diversity.
As a derivative of the previous point, I would like to delve into an element that I have observed as absolutely crucial in my passage through all the spaces of the association.
This learning implies recognizing that excellent and sophisticated designs can be planned, but if they are not adequately communicated, they are ineffective (and even detrimental). If we add to this the existence of a highly plural and diverse membership, as I have emphasized so far, this implies that any vision that wants to be put into practice requires a special effort dedicated to a type of communication that provides the sense of "translating" different visions and languages so that they can be articulated in a minimally common and accessible language. This should ensure that difference does not turn into absolute divorce and that this diversity is seen as a richness that contributes to a sense of belonging.
This is by no means a simple or trivial task. In this sense, communication is much more than advertising. It is not just a "top-down" process, but also a "bottom-up" one. It is not (only) about increasing "likes" or "registrations" in social networks, it is about opening perspectives in order to foster cooperation. It is about building narratives and stories that value the particular while allowing us to weave what we share in common. It is about finding languages that bring clarity. It is also about avoiding dead ends around polarized communications and sterile conflicts. It is about recognizing that there is always space when we start from the premise and the common interest/need to debate intellectually, build networks and learn from the multiplicity of heterodox knowledge that characterizes us.
In short, LASA's mission implies strengthening discussion and intellectual, teaching and research work in order to promote social impact and public debate. In such a mission, a consistent and solid communication plan, dialogic, inclusive and appreciative of the heterogeneity of the association, is essential.
[1] Esta propuesta surge a raíz de un valioso artículo que me fue compartido por Milagros Pereira al momento en que propuse el esquema de mentorías durante mi participación en el CE. Agradezco esta inspiración.
[2] This proposal arises from a valuable article that was shared with me by Milagros Pereira when I proposed the mentoring scheme during my participation in the EC.